¿Qué desayunan los checos?
¡A desayunar como un checo! Un festín centroeuropeo
El desayuno checo: Sencillo y sabroso
El desayuno en la República Checa suele ser una comida ligera y rápida, perfecta para comenzar el día con energía. A diferencia de otros países, los checos no suelen preparar elaborados desayunos, sino que prefieren opciones sencillas y nutritivas.
Panes y bollería: El corazón del desayuno checo
- Rohlíky: Estos pequeños panecillos blancos son el pan más consumido en la República Checa y suelen acompañarse de mantequilla, mermelada o queso.
- Koblihy: Similares a los donuts, son más dulces y se rellenan de mermelada o crema.
- Koláče: Pequeños pasteles rellenos de frutas, requesón o mermelada.
Opciones saladas
- Huevo: Los huevos fritos, revueltos o cocidos son una opción común, especialmente los fines de semana.
- Embutidos: Salchichas, jamón y queso son habituales para añadir un toque salado al desayuno.
- Tlačenka: Un paté de cerdo con cebolla picada, muy popular en la República Checa.
Bebidas para acompañar
- Café: El café negro o con leche es la bebida más popular para acompañar el desayuno.
- Té: El té negro o de hierbas también es una opción.
- Cacao: El cacao caliente es una bebida muy apreciada, especialmente entre los niños.
Desayunos de fin de semana
Los fines de semana, los checos suelen dedicar más tiempo al desayuno y preparan platos más elaborados. Algunos ejemplos son:
- Hemendex: Un plato inspirado en el desayuno inglés, con huevos fritos, jamón y queso.
- Omelette: Una tortilla con diferentes rellenos.
¿Dónde desayunar en la República Checa?
Puedes disfrutar de un desayuno tradicional checo en:
- Pekárny: Pequeñas panaderías donde puedes comprar rohlíky frescos y otros panes.
- Kavárny: Cafeterías que ofrecen una amplia variedad de cafés y bollería.
- Restaurantes: Muchos restaurantes ofrecen desayunos buffet o a la carta.
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En resumen, el desayuno checo es una comida sencilla pero deliciosa, que se adapta a los gustos de cada persona. Si visitas la República Checa, no dudes en probar un rohlík con mantequilla y mermelada, o un huevo frito con jamón y queso.
¡Buen provecho!